El fraude en seguros se define como alguien que de forma consciente engaña a la compañía de seguros para beneficiarse. En casos extremos la póliza de seguro se compra con la única intención de provocar un siniestro. También puede ser fraude el exagerar la situación financiera o falsificar la información adicional, pero además puede incluir acciones extremas como homicidio, suicidio, invalidez simulada o desaparición.

En términos generales, el fraude es un gran problema para los aseguradores. No solo es una amenaza en las sumas elevadas, ya que algunos estafadores han sido detenidos después de acumular varias pólizas de bajo importe de distintos aseguradores. Este es el motivo por el que la suma asegurada total (la suma de todas las pólizas nuevas, simultáneas y en vigor) debería ser la base de cualquier valoración financiera

El fraude puede ser difícil de probar en el momento del siniestro; por este motivo, es importante detectar las señales de alarma durante el proceso de suscripción:

• Información financiera de mala calidad
• Diversas solicitudes
• Poca o nula asequibilidad de las primas
• Interés asegurable cuestionable
• El contexto no tiene sentido